Época: Islam
Inicio: Año 610
Fin: Año 2003

Antecedente:
Los cinco Pilares del Islam



Comentario

La oración, o salat, es el segundo de los cinco ritos fundamentales del islam. Según la tradición, la oración debe ser efectuada al menos cinco veces al día, aunque no siempre ha sido así. En el periodo de estancia de Muhammad en La Meca eran dos las oraciones obligatorias, añadiéndose una tercera tras la hégira a Medina. Finalmente, se prescribieron las cinco oraciones que se conocen en la actualidad, aunque realmente no se sabe cuándo se produjo este hecho. Una tradición cuenta que cuando el Profeta subió al cielo en el llamado mirag o isra, le fue ordenado por Dios que a partir de entonces se rezase cincuenta veces al día. Sin embargo, Muhammad, aconsejado por Moisés, regateó esta cantidad hasta conseguir dejarla en cinco.
Las cinco oraciones diarias han de ser realizadas en momentos fijos, regulados por los movimientos del Sol, tras realizarse la llamada a los fieles. La oración de la mañana (fagr o subh) debe ser realizada entre el alba y la salida del Sol; la del mediodía (zuhr), entre el mediodía y la mitad del tiempo que hay entre el mediodía y el ocaso; la oración de la tarde (asr) ha de hacerse en la franja que va entre media tarde y la puesta del Sol; la de la puesta del Sol (magrib), debe ser hecha antes de que desaparezca la luz en el horizonte; el último rezo, el de la noche (isa), ha de hacerse en el tiempo que va desde la desaparición de la luz del día hasta el alba.

Las cinco oraciones regulan la vida cotidiana de todas las poblaciones y barrios. El lugar donde desempeñar el rezo puede ser cualquiera, siempre y cuando sea considerado digno, excluyéndose sitios como letrinas, mataderos, etc. Se recomienda a los musulmanes varones congregarse en la mezquita para rezar, pero esto es sólo preceptivo para la oración del mediodía del viernes, que debe realizarse en la mezquita principal, llamada masgidu l-gami o mezquita aljama. El viernes, día sagrado musulmán, la oración está dirigida por un predicador (hatib) desde el minbar, dirigiendo una alocución (hutbah) a los fieles, que escuchan de pie y alineados en frente. El sermón, en lengua árabe y en la propia de cada país, consiste habitualmente en un comentario acerca de alguna cuestión religiosa o social concreta, o bien la discusión de uno o varios versículos del Corán. El comentario comienza siempre con una alabanza a Dios, con un recuerdo al Profeta, pronunciando el nombre del gobernante del país en ese momento y la recitación de un pasaje coránico. Le siguen después diferentes tipos de oración, menos regulados, si bien existen guías que ayudan a los predicadores para pronunciar los sermones.

Otras oraciones importantes son las que se producen en momentos destacados para la vida del individuo o de la comunidad, como cuando se produce una defunción, un eclipse, un gran peligro o las dos fiestas más importantes del islam. Estos rezos suelen convocar a numerosos fieles, debiendo realizar al aire libre en un amplio espacio llamado musal-la y entre la salida del Sol y el mediodía.

La oración se inicia con el takbir (Allahu Akbar, Dios es el más grande) y recitando la fatihah, primera sura del Corán: "En el nombre de Dios, el Clemente y el Misericordioso. Albado sea Dios, Señor del universo, el Clemente, el Misericordioso. Soberano del día del Juicio. Sólo a Ti te servimos y sólo a Ti te imploramos ayuda. Guíanos por el camino recto, por el camino de los que Tú has favorecido y no por el de aquellos que te han ofendido, ni por el de los descarriados".

La plegaria debe ser dirigida por un imán situado en la primera fila. Frente a él los fieles pueden seguir sus movimientos, estando orientados hacia La Meca. Esta dirección, alquibla, aparece indicada en las mezquitas por una decoración especial en la pared, llamada mihrab.

A la entrada en la mezquita los fieles deben descalzarse, dejando su calzado a resguardo en un lugar específico. El suelo de las mezquitas está cubierto generalmente por una alfombra (saggadah), un aislante tanto físico como espiritual. Los movimientos que ha de realizar el fiel están perfectamente estipulados, debiendo adoptar sucesivamente cuatro posturas físicas: ponerse de pie, inclinarse, postrarse y sentarse. Cada ciclo es llamado rakat, variando el número de ciclos en función de la oración que se lleva a cabo.

El rezo concluye con el taslim, la pronunciación de la frase: "Que la paz sea contigo, así como la misericordia y la bendición de Dios", una oración que está dedicada a todos los musulmanes y, según algunas interpretaciones, a los ángeles que se hallan posados sobre los hombros del creyente.